No importa lo duro que entrenes, ¡tu mente debe estar preparada!
Si la mente está distorsionada, la postura, el comportamiento y la técnica, también estarán distorsionados. Además, si la mente no esta en calma o enfocada en el lugar y el momento presente, no será posible ejercer todo su potencial; ya sea en el trabajo, entrenamiento o en cualquier faena que se intente realizar.
Entrenar nuestra mente correctamente, puede parecer entonces, igual o quizás más importante que entrenar el propio cuerpo.
Entrena tus músculos y conseguirás potencia, entrena tu cuerpo y conseguirás destreza; entrena tu mente y conseguirás objetivos.
De esta manera, la mente y el cuerpo en Aikido predican la importancia del entrenamiento en todas sus facetas. Conocernos de pies a cabeza, por dentro y por fuera, nos permitirá controlar las reacciones y relacionarnos de manera adecuada con el mundo.
Asimismo, conocernos a la perfección nos permitirá medir nuestro talento, conocer nuestras limitaciones y potenciar nuestras habilidades. La práctica disciplinada y constante del Aikido es una excelente herramienta para conocernos mejor y mantener un equilibrio físico y mental.
En la práctica diaria, realizamos ejercicios y técnicas, cultivando la capacidad de movimiento mientras mantenemos nuestro cuerpo en una forma natural y una mente calma.
Hay que entrenar la mente y el espíritu para saber vivir en paz en medio de las tempestades del mundo.
A través del entrenamiento de Aikido, nuestro objetivo debe ser lograr mantenernos tranquilos, siempre positivos ante cualquier situación y en cualquier momento, perfeccionando nuestra capacidad para demostrar plenamente nuestras habilidades en la calle, el Dojo, el trabajo, el hogar y la familia.
Esperamos que el Aikido unifique tu vida y que juntos podamos continuar trabajando duro para mejorar nuestra vida y la de todos aquellos quienes nos rodean.
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