Dejar los zapatos o sandalias al lado de la puerta o entrada del tatami, es una costumbre esencial en el Dojo. En Japón es una tradición que se remonta al menos al período Heian (794 – 1192) entre las clases altas y se extendió poco a poco a partir de entonces a toda la sociedad.
Una de las razones es debido a la gran cantidad de precipitaciones del país y al clima en general muy húmedo. Una casa, con su piso generalmente de madera, se ensuciará rápidamente si la gente camina usando zapatos o sandalias cubiertas de barro.
Los Japoneses tradicionalmente se sientan, comen y duermen muy cerca o sobre el suelo; por eso se quitan siempre los zapatos al entrar en alguna casa o en las habitaciones (al igual que en el Dojo), hay una especie de tapetes llamados ondol o tatami, para realizar cada una de las actividades a las que están destinados, por lo que todo debe estar limpio. Con esta costumbre, se logra una mayor limpieza y supone un mayor alivio psicológico para el individuo.
Otra razón y quizás la más importante para los japoneses, es que existe la idea de que en los zapatos se llevan malas vibraciones o energías negativas del exterior. El tatami esta hecho de pajilla de arroz y por costumbres religiosas el arroz es considerado algo sagrado en Japón. Por lo tanto el pisar el tatami con zapatos (además de que se ensucia y maltrata la estera) es pisar algo sagrado (en cierto sentido).
En el Dojo...
En el dojo colocamos también nuestras sandalias o zapatos fuera del tatami, imitando esta costumbre oriental. Los mismos deben acomodarse de manera ordenada al filo del tatami antes de ingresar, con las puntas hacia afuera, para evitar traer suciedad de la calle o del exterior y de esta manera además, será una forma (o simbolismo) de representar que dejamos, todos nuestros problemas fuera de la Escuela y de la práctica.
También es una forma de demostrar nuestro respeto
hacia el Dojo, nuestro lugar de práctica, y demostrar el orden y disciplina que poseemos como parte de la formación y desarrollo de nuestro carácter.